Silybum Marianum
Planta vigorosa, de aspecto espinoso, que alcanza hasta los dos metros de altura. Pertenece a la familia de las compuestas. Sus hojas, son grandes y espinosas, llaman la atención por las manchas blancas que se extienden a lo largo de los nervios. Los capítulos florales son de color rosa o púrpura. Los frutos son duros, de 6 a 7 mm y de color oscuro. La planta entera es útil, sobre todo sus frutos o semillas, las hojas y la raíz.
En los frutos del cardo mariano, se encuentran las sustancias de sus efectos medicinales más notables. Son los llamados flavonolignanos, estos compuestos resultan de la unión un flavonoide (la taxifolina) con una molécula de tipo fenilpropanoide (el alcohol coniferílico). La mezcla de los diversos tipos de flavonolignanos recibe el nombre de silimarina.
La silimarina es capaz de estimular la regeneración de las células hepáticas dañadas por tóxicos como el alcohol etílico o el tetracloruro de carbono, así como por la faloidina, sustancia contenida en la amanita faloides (el más toxico de todos los hongos). La silimarina estimula la síntesis de proteínas en las células hepáticas, y posee además una importante acción antiinflamatoria sobre el mesénquima del hígado.
Por todo ello, el cardo mariano está especialmente indicado en los siguientes casos:
En todos estos casos, la silimarina contenida en el cardo mariano, estimula la regeneración de las células hepáticas dañadas y restaura su funcionamiento normal. Conviene dejar constancia de que, ni esta planta, ni ningún otro tratamiento hasta la fecha es capaz de curar por completo la cirrosis en las que ya se ha producido la necrosis del tejido hepático. Ahora bien, aun en los casos más graves, siempre cabe esperar una mejoría.
Los frutos del cardo mariano, y en menor medida sus hojas y raíces, contienen también otras sustancias activas (aminas biógenas, aceíte esencial, albuminoides y tanino), los cuales podrían explicar su acción reguladora sobre el sistema nervioso vegetativo, que es el que controla el tono de los vasos sanguíneos. Debido a ello, se utiliza con éxito en casos de;
Hibiscus Sabdariffa es el nombre cientifico que recibe este hibisco de la familia de las malváceas, originario de África tropical, desde Egipto y Sudán hasta Senegal, aunque, debido a sus propiedades medicinales o a su sabor en infusión, se cultiva en otras regiones con climatología favorable, como el sudeste de Asia, y Centroamérica. La flor de hibisco utilizada para preparar el té...
Taraxacum officinale Un gran amigo del hígado y los riñones. Con sus hojas y raíces puede preparas una infusión de gran efecto desintoxicante. Sus raíces tostadas por otro lado se prepara un sucedaneo del café, libre de sus efectos adversos con un sabor agradable y bondadosas propiedades medicinales. Planta vivaz de la familia de las Compuestas, que se levanta 30 cm del suelo. Sus hojas...
Silybum Marianum Planta vigorosa, de aspecto espinoso, que alcanza hasta los dos metros de altura. Pertenece a la familia de las compuestas. Sus hojas, son grandes y espinosas, llaman la atención por las manchas blancas que se extienden a lo largo de los nervios. Los capítulos florales son de color rosa o púrpura. Los frutos son duros, de 6 a 7 mm y de color oscuro. La planta entera es út...
Sambucus nigra Arbusto de 2 a 4 mt de altura, de la familia de las Caprifoliáceas, con hojas caducas, grandes, compuestas de 5 a o 7 foliolos lanceolados y de borde dentado. Las flores son blanquecinas y crecen en umbelas. Los frutos son unas pequeñas bayas negras o violáceas. Las flores, son la parte del sauco más utilizada en fitoterapia, contienen sales minerales (especialmente nitrat...