Valeriana

Valeriana Jatamansi, planta herbácea de la familia de las Valerianáceas con tallos erguidos y estriados que alcanzan de 0,5 a 2 m de altura. Las flores son pequeñas, de color blanco y rosado que se agrupan en ramilletes terminales. La parte utilizada corresponde a la raíz y el rizoma.

La valeriana tiene un notable efevto equilibrador sobre el sistema nervioso vegetativo, ya sea ingerida en infusión o en baños medicinales. Resulta sumamente útil en caso de enfermedades psicosomáticas, neviosismo o estrés. 

La valeriana surte efectos bastante diferentes, según actúe sobre un organismo humano u otro animal. En los seres humanos proporciona un notable efecto sedante, mientras que a otro animales los estimula fuertemente. Así por ejemplo, los gatos se ponen eufóricos cuando huelen esta planta, y se frotan contra ella con gran deleite. En cambio, el aroma de la valeriana, que se intensifica con el secado de la planta, no tiene para los humanos ningún atractivo especial, pues recuerda al olor del sudor de los pies. Cuestión de gustos...

La valeriana se usa con fines terapeúticos desde el Renacimiento, cuando se descubrió su propiedad de evitar y reducir los ataques epilépticos.

Propiedades e indicaciones: Las raíces de la valeriana contienen al rededor del 1 % de un aceite esencial con numerosos componentes (terpenos, ésteres de bornilo, etc.) y del 1% al 5% de valepotriatos de acción sedante. Sin embargo, el efecto terapeútico de la valeriana se debe a la acción combinada de todos sus componente, y no a alguno en particular, tal como suucede con mucha frecuencia en fitoterapia.

La valeriana posee efectos tranquilizantes, sedantes, somníferos, analgésicos, antiespasmódicos y anticonvulsivantes. Produce una sedación de todo el sistema nervioso central y vegetativo, disminuyendo la ansiedad. También disminuye la presión arterial. Su acción es similar a la de los fármacos tranquilizantes mayores o neurolépticos (fenotiazinas y derivados), pero se halla libre de sus efectos tóxicos. sus indicaciones son las siguientes: 

  • Distonías neurovegetativas: tales como la ansiedad, neurosis de angustia, neurastenia o irritabilidad, dolores de cabeza, palpitaciones, arritmias, hipertensión arterial esencial, temblores, neurosis gástrica, colon irritables y otras enfemedades psicosomáticas. 
  • Depresión nerviosa y agotamiento.
  • Insomnio: Por su acción somnifera da muy buenos resultados, y aún más si la infusión se combina con un baño de la misma planta antes de ir a dormir.
  • Epilepsia: Tomada regularmente, previene y reduce la aparición de ataques epilépticos. Aunque no sustituye a la farmacología antiepiléptica, si puede contribuir a reducir sus dosis.
  • Asma: Su acción también es preventiva, gracias a su efecto antiespasmódico y sedante, evita el espasmo de los bronquios, que junto con el edema de la mucosa, es uno causantes del asma.
  • Dolores: Por su efecto analgésico, resulta útil para aliviar los dolores ciáticos y reumáticos. Además también actua externamente a modo de compresas empapadas en la maceración de sus raíce, que se aplica directamente sobre la zona afectada para aliviar el dolor en caso de contusiones, lumbalgias, ciática, distenciones musculares y dolores reumáticos.


Pinche aquí para ver un artículo en que se analizan las características fitoquímicas, farmacológicas y terapéuticas de esta planta.

Ácido valerénico con fórmula C15H22O2, es un sesquiterpeno constituyente del aceite esencial de la planta valeriana.